Don Amado, nunca amado.
La sala de lectura de la biblioteca se convertía en una sabana de cabecitas blancas que cruzaban el umbral tan rápido como sus piernas octogenarias lo permitían, en cuanto las puertas se abrían a las 9 de la mañana. Don Amado, cuya mente aún mantenía la agudeza de tantos años examinando nuevos conductores en Barcelona…
La Reina del Snack
Uvas congeladas,
para ti las más amadas.
Pipoca al parmesano,
según tú, un plato artesano.
Las Vitrinas de la Vida.
Yo tenía 22 años y celebraba mi primera noche de vida independiente. Te descubrí en un aperitivo del otoño fiorentino, mientras veía cómo el fuego derretía el caciocavallo, que luego se servía sobre pan rústico, con la misma calidez con la que tú me conquistaste…